jueves, octubre 15, 2009

Ha pasado mucho tiempo...

¡Si! Ha pasado mucho tiempo, mucho tiempo desde que te deje llorando en la alameda, como dice la canción de "Este terco corazón". Si es cierto que hay veces que uno insiste en lo mismo, sabiendo que no hay más futuro, sino simple desilusiones... Duele tanto saber que nada es para siempre, que lo nuestro es un imposible. Ser el plato de segunda mesa es lo peor que un puede aceptar. Al corazón no se manda, tiene vida propia. Lo más doloroso es que tú no eres la persona que me devolerá la vida ¡si!, la vida entendida como los suspiros de la ilusión de verte cada día por las mañanas levantandote a mi lado, de sentir en las noche que llegas, después de un largo día de trabajo, que compartimos la mesa en las noches para cenar y conversar; la idea de prepararte algo que te deje un buen sabor de boca y premiarme con tus caricias y besos en nuestras "lunas de miel".

Como pasa el tiempo, el reloj no deja de andar con su TIC, TAC, TIC, TAC... recordando, sólo recordando que no estás, que has preferido otra vida lejos de mi; aunque soy honesta, las palabras del ADIOS salieron de mi boca. No toleraba más el tener en la mente la idea de que compartías la cama con otra, que ella tiene privilegios distintos a los míos de los que yo quise ser parte y aun así me duele haberte dejado ir.

Por las noches salgo por la calle esperando buscar algún consuelo, sea el viento, la lluvia, incluso la luna para evitar el que vuelvas a tomarme en esas fantasías que solo hacen que mis ojos se humedezcan y ya estoy harta de llorar por algo que nunca fue verdad.

Sé que me tengo que reponer, pero la piel tiene memoria; la dulzura de tus besos eran los que me hacían volver del letargo del día, solo esperaba a que cayera la noche para que tú llegarás y viera tus ojos luminosos por verme. Sólo eran mis fantasías, ¡si! mis fantasías absurdas de querer algo que no era verdad.

Ahora que toco el tema, me doy cuenta de lo débil que soy cuando se habla del corazón, si no tengo manera para llevar esta carga maldita en lo profundo de lo que llaman ALMA. Creo que la he destruido para no sentir nada después de que nos fuimos, ¿qué haré con este hueco en mi vida? No sé, lo que sé es que tengo "este terco corazón, no te olvida, no te olvida; aunque le busque un nuevo amor, cada día, cada día".

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